- Desde la parte norte del continente, la mariposa realiza un viaje durante dos meses, trayecto que sigue por orientación y detectando los restos que van dejando las generaciones pasadas
Red de corresponsales
MORELIA. Cada otoño, después de un largo viaje de 4 mil 200 kilómetros desde el sureste de Canadá y el noreste de Estados Unidos llega al territorio mexicano “el alma de los muertos”, como denominaban las culturas prehispánicas a la mariposa monarca.
Mayra Patricia Escalona Cruz, especialista en ecología, refiere que uno de los fenómenos naturales más admirables del reino animal se aloja en Michoacán. Aquí comienza su periodo de hibernación y otros procesos en su ciclo biológico que culminan al iniciar la primavera.
Las viajeras de color naranja con franjas negras viven entre bosques de oyamel, pino, encinos y cedros en el oriente del estado.
Las mariposas que nacen en el norte del continente americano suelen tener una vida muy corta, de dos meses, como es el ciclo normal de un insecto, describe Escalona Cruz. No obstante, a la generación que visita México se le denomina Matusalén, porque cuadriplica su ciclo de vida hasta nueve meses.
Esta especie nace a mediados de agosto en Canadá y Estados Unidos, cuando el sol baja su ángulo y se acortan los días. Ese cambio ambiental es determinante para la mariposa viajera, al ser distinta a otras generaciones.
Generalmente, el trayecto que realiza durante dos meses lo hace por orientación y detectando los restos que van dejando las generaciones pasadas. Vive al menos cinco meses en los bosques michoacanos, para después regresar al norte, agrega la especialista.
Las hembras depositan aproximadamente 400 huevos en las hojas de los algodoncillos. Huevos que son apenas del tamaño de la punta de un alfiler, indica. Luego nacen unas diminutas orugitas que se van comiendo ese algodoncillo. Una oruga, dice, puede comerse una planta de metro o metro y medio mientras se desarrolla para después ser capullo.
“Lo curioso es que esa planta les da la toxicidad de mariposa monarca, el color lo adquieren cuando la van comiendo, por eso la intensidad y lo llamativo de sus tonos, esos que en la naturaleza son un llamado de advertencia”, precisa.
Durante un mes se desarrolla por completo. La transformación de la mariposa es de las más espectaculares. La oruga se esconde entre los arbustos y se coloca de cabeza. En las últimas dos semanas el capullo se transparenta, se rompe y nace una mariposa que debe esperar a que sus alas maduren para emprender sus primeros vuelos.
Ese asombro que trae consigo la naturaleza y que se asienta por al menos cinco meses en Michoacán, puede caminarse bajo las veredas que lugareños del municipio de Angangueo hacen, en su afán de preservar el bosque, agrega Roberto Molina Garduño, el hotelero asentado en la región y que desde niño ha observado el vuelo del alma, de los ancestros, comenta en exclusiva.
LA RESERVA
A tan solo dos horas y media de Morelia, la carretera libre a la Ciudad de México ofrece un recorrido de libertad al transitar por los municipios de Charo, Queréndaro, Ciudad Hidalgo, Maravatío y Aporo para internarse en el mundo de la monarca en Angangueo.
Por la autopista a la Ciudad de México, la caseta de peaje de Zinapécuaro es obligatoria, de ahí el paso es por Maravatio, Áporo y finalmente Angangueo.
Las reservas de Sierra Chincua y El Rosario no sólo ofrecen un atractivo natural, sino también una degustación de comida típica, al estar equipadas con un pabellón de gastronomía en la que se da la venta de mole de guajolote, quesadillas de guisado, carne asada, mole de olla, atole de zarzamora, así como la venta de artesanías con el símbolo del lugar y diversos artículos elaborados por los alfareros o en su caso, abrigadores textiles de la zona.
Para los habitantes de la región de la mariposa, de octubre a marzo es la mejor época del año al iniciarse la Feria de la esfera en el municipio de Tlalpujahua, puesto que también inicia la bienvenida de los comuneros al insecto.
Los cinco meses son de mucho movimiento al recibirse más de 500 mil habitantes durante ese tiempo. Los 92 hoteles que hay en la región tiene una capacidad de poco más de 3 mil 500 habitaciones, dejando una derrama económica de alrededor de 350 millones de pesos, precisó Molina Garduño.
Los fines de semana son los más importantes en los santuarios que abren de 8 de la mañana a 5 de la tarde. Los caballerangos, las cocineras, los guías locales o prestadores de servicios, al igual que los hoteleros, se preparan para que municipios como Ciudad Hidalgo y Maravatío también se vean beneficiados con el flujo que se genera.
