- El gobernador del estado aseguró que no se permitirán grupos armados al margen de la ley, y advirtió que las fuerzas federales serán las encargadas de desarmar a estas células
Red de corresponsales
Alfredo Ramírez Bedolla, gobernador del estado de Michoacán, fue contundente al decir que “no pueden haber autodefensas” y advirtió que las fuerzas federales serán las encargadas de desarmar a los grupos que así se autodenominan a través de un fuerte operativo en las zonas donde tienen presencia.
“Cualquier grupo armado fuera de la ley no puede (operar). Ahora tratan de camuflajear o de decir que son ’autodefensas’… Pero no existe dicho término ni el concepto de ‘autodefensa’ en la ley. Ya nos pasó con el gobierno de Enrique Peña Nieto, con el ‘Virrey’ Castillo, que legalizó y armó a los grupos de autodefensas… Ahora esas armas están extraviadas o están al servicio de la delincuencia organizada”, declaró el mandatario michoacano en conferencia de prensa.
“No pueden haber autodefensas. Eso no es legal. Al contrario, casi siempre es un montaje para cuestiones ilícitas […] Tienen que ser desarmados, pero ese es un tema que le corresponde a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena)… De ninguna manera nosotros estamos de acuerdo con ese tipo de manifestaciones. Eso que quede claro”, exclamó.
A la pregunta expresa sobre qué tipo de acciones se van implementar para desarmar a los grupos de autodefensas, Ramírez Bedolla confirmó que la Guardia Nacional (GN) va a desplegar un operativo en las zonas donde se encuentran estos grupos para evitar la presencia de éste tipo de organizaciones armadas.
“Actualmente hay un despliegue del Ejército mexicano muy fuerte en la zona de Tepalcatepec. Hay un operativo también desplegado en Zitácuaro, en Uruapan y en las carreteras del estado para evitar delitos de distinta índole”.
El gobernador reconoció la problemática de Michoacán respecto a los homicidios, pues afirmó que junto con los estados de Jalisco, Guerrero y Guanajuato, los cuatro “conforman la región con el mayor índice delictivo a nivel nacional”.
El gobierno de Ramírez Bedolla, de Morena, ha desbancado al de Silvano Aureoles en cuanto al número de homicidios. De acuerdo con el Informe de Seguridad diario del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad, desde el pasado 1 de octubre —llegada de Bedolla al poder de Michoacán— hasta el 1 de noviembre, Michoacán (al oeste de México) ha alcanzado la cifra de 254 asesinatos. En septiembre, el último mes de la administración de Aureoles, el número de crímenes de este delito fue 183.
La escasa presencia del Estado en Michoacán ha provocado el surgimiento de grupos de autodefensas, lo que ha generado más violencia por la falta de controles estatales. En el municipio de Ziracuaretiro, Michoacán, se registró el pasado viernes la incursión de al menos 300 hombres, integrantes del grupo Pueblos Unidos, quienes aseguraron harán frente al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) que amenaza a los pobladores de la región.
Dicho grupo surgió del hartazgo de los pobladores de cuatro municipios michoacanos: Arios de Rosales, Salvador Escalante, Nuevo Urecho y Taretan.
El pasado 14 de junio, Pueblos Unidos apareció en videos donde explicaron por qué formaron el grupo: los trabajadores viven en unos principales puntos de producción del aguacate, que ha traído al estado mexicano violencia, enfrentamientos, y levantones, entre ellos el del activista Raúl Medrano Álvarez, quien desapareció por supuestas órdenes de Miguel Ángel Gallegos Godoy, alias el Migueladas, un ex autodefensa acusado de dirigir el grupo de los Caballeros Templarios.
Michoacán es uno de los estados donde el límite entre autodefensa y narco se hace más difuso. En Aguililla, donde opera un grupo de civiles, las autoridades han advertido que éstos tienen vínculos con Cárteles Unidos. y su objetivo es replegar al grupo criminal rival, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
En la entidad ya se han gestado antes importantes movimientos de autodefensas. El más representativo lo encabezó José Manuel Mireles , cuando él y otros pobladores se levantaron en armas para luchar contra los grupos criminales locales.