El violento episodio que ocurrió el pasado 5 de marzo en el Estadio Corregidora durante el partido entre Atlas y Querétaro reavivó la discusión sobre los famosos grupos de animación que popularmente son conocidos como “barras bravas”, las cuales también se han caracterizado por desencadenar golpizas y enfrentamientos entre los aficionados.
Redacción
La historia de estos grupos se remonta algunas décadas atrás y se dice que Andrés Fassi fue el principal impulsor de la integración de las barras en el fútbol mexicano. Fassi Jürguens, de 60 años, es uno de los cuatro propietarios; también es vicepresidente de los Tuzos de Pachuca y del Club Atlético Talleres, de Córdoba, Argentina.
Fassi replicó un modelo como el de Argentina y así dio a pie a la creación de la Barra la “Ultra Tuza”, el cual se dedicó a apoyar al Club de Fútbol de Pachuca. De acuerdo con Apuntes de Rabona, la idea surgió a mediados de 1995, en una final por el ascenso que los Tuzos perdieron ante el Celaya. Semanas después, Fassi viajó a Costa Rica y se encontró con una orgullosa directiva del Saprissa por la creación de su barra.
Desde entonces, surgió una porra con nombre propio, cánticos y banderas del equipo, similares a los que ya existían en Argentina. Esto dio pie a que las demás escuadras quisieran tener su propia porra y poco a poco se fueron creando dichos grupos que, aunque en sus inicios tenían la finalidad de animar a sus clubes de fútbol en un ambiente familiar, con el paso de los años comenzaron a protagonizar enfrentamientos violentos.
Aunque el ascenso de la porra de los Tuzos favoreció la creación de distintos grupos de animación, ésta no fue la primera organización con tales características en el país, pues la primera porra, conocida como la “Tito Tepito”, nació en 1967 con el Atlante.
Sin embargo, fue hasta años más tarde que se convirtió en la porra oficial del Atlante FC. Ante el fallecimiento de Don Tito Monroy en el año 2000, la batuta de esta porra la toma su hijo Arturo Monroy, siendo su etapa, la de mayor crecimiento en la historia de esta agrupación.
Algunas de las barras más conocidas en México, que fueron creadas a finales de la década de los 90, son la Rebel de Pumas; La Monumental de Club América; la Perra Brava del Deportivo Toluca; Libres y Lokos de los Tigres de la Universidad Nacional Autónoma de Nuevo León (UANL); La Adicción de Monterrey; Legión 1908 del Deportivo Guadalajara; Los de Arriba del Club León, así como la Barra 51 del Atlas y los Gallos Blancos de Querétaro, las cuales encabezaron los disturbios recientemente reportados en el Estadio Corregidora.
El conflicto entre las aficiones del Querétaro y Atlas no surgió de forma espontánea, sino que tiene una historia que se remonta al 2007. Los Gallos luchaban por no descender, así que iban con todo por una victoria en la última fecha del torneo contra Atlas.
Al finalizar el encuentro de la última Jornada del Clausura 2007, las barras de ambos conjuntos: La Resistencia Albiazul y la Barra 51 se encontraron afuera del coloso e iniciaron un enfrentamiento que dejó a varias personas lesionadas y detenidas.
Los aficionados no se verían las caras hasta el año 2010, cuando los Gallos Blancos ascendieron de nuevo. En ese primer torneo del regreso, la Corregidora fue testigo de una importante victoria frente a los rojinegros, por lo que implicaba: una venganza.
Esta situación se repitió en 2013, cuando ambas organizaciones se enfrentaron para luchar por el no descenso. Al final, el encuentro finalizó con un amargo empate a cero que representó un punto de oro para los rojinegros, pues con él se colocaban por encima de Querétaro.
Los seguidores de los Gallos agredieron a la Barra 51 con botellas, latas y piedras. Al final, elementos de la Policía de Jalisco tuvieron que intervenir. El saldo fue de varios lesionados, algunos destrozos e incendios afuera del estadio.