Establecer barreras puede ser la solución ante aquello que provoca angustia, fastidio o agotamiento. Cómo aclarar los aspectos que alteran nuestro bienestar emocional
El concepto de “bienestar” esta conformado, generalmente, por dos aspectos: la salud mental y la física. Sin embargo, muchos le brindan mayor atención al cuerpo por sobre la mente. Es decir, que cuidan su alimentación, realizan ejercicio y están al día con las consultas médicas, pero su psiquis no se encuentra en “buen estado”. Con lo cual, las repercusiones son orgánicas, en muchos casos. De todas maneras, existen 6 límites que se deben imponer para preservar la salud mental.
Quién no se sintió, en algún momento, cansado físicamente. Fatigado, por ponerle una palabra de uso común. Si es físico, la mejor recomendación es descansar, recostarse, tomarse un tiempo libre donde el cuerpo vuelva a cargarse de energías. Ahora, cuando es la mente la que se encuentra agotada los mecanismos no son tan claros. Es más, incluso cómo llegamos a ese estado puede ser confuso para varios.
Para poder establecer barreras y no llegar a este estado, se pueden imponer límites que permitan que la salud mental está tan cuidada como la física. Como gran parte de las cosas en la vida, todo empieza en uno. Es escucharse a uno mismo. Y es desde ese lugar que se deben imponer estas barreras para que “el afuera” no nos afecte en nuestra emocionalidad y nos produzca sentimientos negativos.
“Nuestra salud emocional y los límites que nos ponemos a nosotros mismos están muy relacionados. En general, cuanto más claramente definidos están nuestros límites, más en paz nos sentimos mentalmente”. Asimismo, la experta aseguró que “los límites son una forma de satisfacer nuestras necesidades, establecer expectativas realistas y enseñar a los demás cómo tratarnos”.
Incluso, advirtió que “son una forma de autocuidado y amor propio que nos permite proteger nuestra energía y salud psicológica”, por lo cual “para aprender a poner límites, el primer paso es tomar conciencia de los momentos en que uno se siente abrumado o mentalmente agotado”. “Identifica los momentos en los que necesitas más espacio, tiempo o autoestima”, agregó Mustafa.
Límites físicos
Pese a que puede ser obvio, establecer límites físicos es esencial para preservar nuestra salud mental. Pero no solo es espacio personal, sino también de todos los lugares que son de nuestra pertenencia. Es decir, definir de antemano si vas a rechazar que alguien, por ejemplo, ingrese a tu habitación; o que se acerquen sin tu permiso. Todos estas intrusiones o comportamientos pueden convertirse en una carga emocional.
Para poder frenar este comportamiento se pueden usar simples aclaraciones que no necesariamente pueden ser agresivas. “No me gusta que me toquen sin mi permiso, ¿puedes dejar de hacerlo?, no me apetece salir esta noche, pero gracias por tu oferta o me gustaría que me dejaras solo”, son algunas frases que pueden servirte a establecer esta barrera.
Límites en la comunicación
Una forma de poner una barrera en la comunicación es evitando, exactamente, que se dirijan a ti de forma agresiva o intimidante. Estos límites se relacionan con la manera en que tu interlocutor se dirige a ti. Es por eso que la mejor recomendación es: detén los tono de voz, gestos, palabras, mirada o lenguaje corporal en general que sientas agresivos, intrusivos o incluso manipuladores.
Cuando percibas que se puede cruzar el límite de la discusión a la agresión, señálalo sin perder el control en la comunicación. Exprésate de igual a igual y dile que se está dejando llevar por las emociones. Por ejemplo, puedes decirle a tu interlocutor de forma clara: “Por favor, no me hables así o no tengo ganas de hablar de esto”.
Límites mentales
Cuando defines tus límites mentales, tener este aspecto claro te permitirá sentirte seguro sobre lo que analizas. Incluso, te darás cuenta que no es necesario opinar como los demás, siempre y cuando se refieran a debates y no conflictos. Pero eso no es todo, marcar estas barreras mentales provocará que el resto de las personas acepten de mejor manera tu singularidad y opiniones, sin llegar a juzgarte.
En el caso de que sientas que estas barreras pueden ser atravesadas, la experta recomendó como práctica aclararle al interlocutor, con simples frases, esta situación. “No pasa nada si no estamos de acuerdo o respeto tu opinión, aunque no esté de acuerdo contigo”, pueden ser argumentaciones valederas para que los otros depongan su comportamiento.