La tocada en Paseo de la Reforma, la avenida más icónica de México, con el legendario sonido Polymarchs será un evento para recordar, ya sea para bien o para mal.
La discoteca más grande del mundo, como la nombró Clara Brugada, con la que la Ciudad de México recibió el 2025, habría costado 12 millones de pesos, destinados al pago del sonido y los juegos de luces contratados para iluminar la avenida donde Maximiliano de Habsburgo y Carlota gustaban hacerse ver.
Más de 200 mil personas se reunieron, según datos oficiales y múltiples imágenes captadas por drones que sobrevolaron esa noche y madrugada la zona de baile de High Energy, una moda de los años 80 y principios de los 90. Sus seguidores, en su mayoría personas de entre 50 y 70 años, dejaron de lado las canas y las posibles dolencias para recordar sus años mozos. Sin embargo, el hecho no fue del agrado de todos.
Destinar tal monto a un sector poblacional que no suele ser el objetivo principal del comercio, es algo poco común, porque se trata de un sector poblacional que es el mayor, sino el predominante es el joven.
En México, según datos recientes del INEGI y el Consejo Nacional de Población (CONAPO), la mayoría de la población se encuentra en el rango de edad de 15 a 39 años, lo que corresponde a un segmento predominantemente joven.
Niños y adolescentes (0 a 14 años): Aproximadamente 25% de la población, los jóvenes y adultos jóvenes (15 a 39 años): son alrededor de 40% de la población; y los adultos de mediana edad (40 a 59 años): significan el 25%, los adultos mayores (60 años y más), cerca de 10%, pero esta cifra está en constante aumento debido al envejecimiento poblacional. Osea que los amantes del High serían un 35% al sumar a estos dos últimos sectores.
No obstante, la música, los bailarines, los juegos de luces espectaculares y la llegada del Año Nuevo se conjugaron para crear un momento que logró que todos se sumaran a disfrutar esa música que posiblemente podría regresar, con sus pasos tipo jazz dance a las discotecas, luego de lo visto a los pies del Ángel de la Independencia.
Sin embargo, hubo quienes, sin conocer este fenómeno musical —tanto de Polymarch como de Patrick Miller—, no estuvieron de acuerdo y tacharon de “nacos”, junto con otras descalificaciones, a quienes acudieron al llamado de la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México para dar la bienvenida al 2025 con este legendario equipo de sonido y luz. Polymarchs ha tocado tanto en locales como en bailes callejeros, ganándose una base leal de fans.
La polarización política y hasta musical volvió a hacerse presente en el festejo. Algo similar ocurrió en septiembre de 2023, cuando el Grupo Frontera amenizó las festividades patrias, o con Yahritza y Su Esencia en el Zócalo, quienes fueron abucheados por comentarios percibidos como un desprecio a la gastronomía mexicana.
Estos gustos o disgustos musicales han sido usados como pretexto para descalificaciones mutuas, clasificando a unos y otros como parte de los “chairos” o “derechairos”, dependiendo de si simpatizan con el movimiento lopezobradorista o con la derecha. Y este clima de odio parece haber llegado para quedarse en pleno 2025.