Nostalgia por el porvenir. Una clave del Informe de nuestra Presidenta / Por René González

La revolución de las conciencias enfrenta en México nuevos retos. Toda transformación social requiere un gran despliegue de creatividad para subsistir a las improntas que exige la instalación de un nuevo régimen.
Pero la premisa más importante para nuestro movimiento debe ser la concientización del pueblo. “El viejo mundo se muere, el nuevo tarda en aparecer, y en ese claroscuro surgen los monstruos” escribió el pensador italiano Antonio Gramsci.

En este primer cuarto de siglo el pueblo mexicano asiste a un momento histórico de repercusiones globales y alcances de larga temporalidad, la consolidación de la ideología y la praxis del Humanismo Mexicano como faro de esperanza y de construcción de evidencias tangibles: hacia el ideal que otro mundo no es solo deseable sino posible más allá de la depredación que padecimos en la era neoliberal.

En el México actual se despliega un movimiento político y social vigoroso, emanado de las luchas democráticas de 1968 a la fecha, y de la ruta de la resistencia inaugurada hace 20 años en la emergencia ciudadana contra el desafuero de Andrés Manuel López Obrador, que marca la irrupción de una fuerza ciudadana -contraria y autónoma de la vieja y mafiosa elite política y económica-, que fue abrevando de victorias y derrotas, hoy se cristaliza en Morena como un partido-movimiento.

Este vehículo del pueblo construido desde la nada en cuanto a condiciones materiales por militantes y colectivos ejemplares, ya no está exento de compañeros de viaje infectados del malabarismo político característico de la rancia cultura política priista inyectada durante décadas, y acechado por visiones oportunistas, unipersonales y politiqueras del ejercicio del poder, en sentido contrario de las tesis que dan sustento a nuestra legitimidad y viabilidad de opción de cambio real: “el poder es un medio para la transformación y no un fin en si mismo”, “El poder solo tiene sentido y se convierte en virtud cuando se pone al servicio de los demás”, y “el amor al prójimo es la esencia del humanismo”.

Los monstruos del interregno que subsisten con nuevas caretas a siete años de abatida la terrible noche neoliberal, se irán desfigurando y volviendo a su pequeño papel marginal como simples y vulgares ambiciosos y mercaderes de poder, en tanto avance la Transformación nacional con hechos que son amores, y la concientización del pueblo.

Aunque nos han llamado “sobre ideologizados”, la ventura de contar con un Proyecto de Nación democrático y popular sintetizado en el Humanismo Mexicano, ejecutado con eficacia y sin titubeos en función de los intereses de las mayorías, y del sueño convertido en política pública: “Por el bien de todos, primero los pobres”, nos marca el camino con evidencias tan precisas como conseguir sacar a 13 millones de mexicanos de la pobreza; desarrollar un Bachillerato Nacional que garantiza el derecho a la educación a los jóvenes, pues nunca más un México que excluya a sus niños y jóvenes de la posibilidad de estudiar por razones económicas; y la entrega de sus propios recursos a los pueblos indígenas para que ellos decidan desde su libre determinación la mejor manera de mejorar las condiciones de infraestructura de sus comunidades; entre otras referencias que ha propósito del 1er Informe de Gobierno ha puesto sobre la mesa nuestra Presidenta Dra. Claudia Sheinbaum Pardo.

¿Por qué hablamos de nostalgia en el porvenir Encontramos en el concepto “futuro pasado” desentrañado magistralmente por el historiador Enzo Traverso La historia como campo de batalla, que nos remite a sostener que la añoranza y materialización de un mundo mejor ha sido una obra colectiva en constante creación, minuciosamente edificada en su tiempo por mujeres y hombres libres y anónimos de la Independencia, la Reforma y la Revolución Mexicana, que en el México profunde hoy reaparece bajo los postulados del Humanismo Mexicano.
Escribe Traverso: “Así como el presente otorga un sentido al pasado, éste provee a los actores de la historia de un inmenso reservorio de recuerdos y experiencias sin los cuales no podrían trazar el futuro, formular sus expectativas, alimentar sus utopías. He aquí el “misterioso heliotropismo” que según Walter Benjamin, presidía la construcción de la historia: al igual que las flores que vuelven su corola hacia la luz, ´el pasado tiende a volverse hacia el sol que se está levantando en el cielo de la historia’. Pasado y futuro se cruzan y dialogan en el presente, tiempo en el que éstos se fabrican y reinventan permanentemente. La escritura de la historia participa, por lo tanto, de un uso político del pasado”. (Traverso, 2011).

Nos llamaron trasnochados, locos, soñadores, pero la prensa y los políticos convencionales siguen sin comprender lo que ocurre en el México profundo; políticos de viejo tufo priista se han enrolado en la cola de la Transformación, que bueno que acepten ser dirigidos por un proyecto que quisieron exterminar, ojalá reinventen con autenticidad sus convicciones; pero el asunto no es ese, sino mantener la creatividad para que la responsabilidad compartida de todas y todos a través de la corriente histórica del Humanismo Mexicano siga derrotando viejos y nuevos desafíos, y para ello la única respuesta está en la organización y concientización de nuestro pueblo.

El cargo Nostalgia por el porvenir. Una clave del Informe de nuestra Presidenta / Por René González apareció primero en Reporte 32 MX, El medio digital de México.

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