La historia de los mercados en la CDMX se remonta a la época prehispánica, cuando todavía existían las acequias y el comercio era informal
Redacción
La tradición de los mercados en México es añeja. Ya en la época prehispánica existían plazas cercanas a las acequias en donde se desplegaban un sinfín de abanicos de colores características de los mercados flotantes de ese entonces.
Esta tradicional forma de comercio prevaleció hasta el siglo XVIII, cuando comenzaron a formalizarse esos lugares, contaban con un área delimitada y algunos de ellos se colocaban diariamente en el mismo lugar, sin embargo las condiciones de higiene no eran las correctas.
En ese entonces los más importantes eran el de El volador, que se ubicaba al sur del Templo Mayor, el de Tlatelolco y el de El Parián, que se encontraba en la plaza del Zócalo, gracias al crecimiento urbano y la nueva organización post conquista desafortunadamente dejaron de existir, sin embargo dejaron la base para nuevos espacios comerciales.
Para finales del siglo XIX existían 12 tianguis flotantes, no eran fijos, que se ubicaban en diversos puntos de la ciudad como San Cosme, Martínez de la Torre y Baratillo. El comercio informal le abrió paso a proyectos para edificar mercados en zonas concurridas de la CDMX, y además remodelar los mercados más antiguos como: Mercado de la Merced, Mercado de la Paz Tlalpan, Mercado de la Lagunilla.
Mercado de la Merced
Es considerado como uno de los mercados de abasto más grande de la CDMX, además de ser uno de los más antiguos. En 1863, en la parte demolida del convento de la Merced, se construyó otra parte de la plaza y al igual que otros, se encontraba a las orillas de las acequias.
En un intento por dar orden a la zona, en 1880 se inauguró utilizando parte de las ruinas de la antigua iglesia y de poco en poco fueron llegando más comerciantes, sin embargo por el aumento de la urbanización, lo reubicaron hacia el lado oriente del Anillo de Circunvalación.
La inauguración oficial se llevó a cabo en 1957, fue parte de un proyecto dirigido por los arquitectos Mario Pani y Enrique del Moral. Constó de 7 estructuras distribuidas en 500 mil metros cuadrados, los cuales albergaron alrededor de 5 mil 500 comerciantes.
En 1988 un incendio arrasó con dos tercios del mercado y algunos de los vendedores fueron reubicados en la Central de Abastos, desde entonces ha sufrido alrededor de 25 incendios que ha resistido gracias a la organización de los locatarios que protegen su patrimonio.
Mercado de la Paz Tlalpan
A finales del siglo XIX, Tlalpan se convirtió en una zona de casonas de descanso, con haciendas y ranchos que tenían gran comercio, por lo que en 1898 Porfirio Díaz mandó a edificar un mercado dentro de la delegación. Se ha convertido en el único de la época que conserva su estructura original, a pesar de que cuenta con con algunas remodelaciones, el inmueble es el mismo que hace más de 120 años.
La inauguración se llevó a cabo el 20 de noviembre de 1900, el listón lo cortó el propio Porfirio Díaz. Fue construido con materiales de pueblos aledaños por ejemplo, de San Andrés Totoltepec se obtuvo la cantera gris, de Tlalpan los ladrillos y la piedra volcánica y de los pueblos del Ajusco se mandó traer la madera.
En el centro se podía ver una fuente decorada por cabezas de leones labradas, lastimosamente en los años cincuenta fue retirada para dejar espacio para más locales. Durante esa época pasó por una remodelación, pues algunas vigas del techo necesitaban mantenimiento. Independientemente de esos arreglitos, sigue manteniendo su arquitectura porfiriana.
Mercado de la Lagunilla
Los orígenes del mercado se remontan a la época prehispánica, pues desde ese entonces ha existido el comercio en la Lagunilla gracias a las acequias que la conectaban Tlatelolco y abastecían la zona norte y poniente de Tenochtitlán.
Durante la Colonia se comenzó el proceso de desecación de las acequias y de la Lagunilla de Texcoco, dejando únicamente un pequeño mercado sobre ruedas. Fue hasta 1905 que se decidió edificar el antiguo mercado de la Lagunilla, dando como resultado el espacio techado que se conoce en la actualidad, fue creado para erradicar el comercio en las calles.