Sostenibilidad en la industria textil: El desafío del agua

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La fabricación de textiles, al igual que otros sectores, requiere de agua para sus operaciones, desde el cultivo de materias primas hasta los procesos de teñido y acabado de los productos finales. Por lo tanto, esta industria tiene un papel relevante en la conservación y gestión sostenible del recurso hídrico.

En un contexto donde el agua enfrenta problemáticas de distribución y consumo, resulta crucial que las empresas del sector textil adopten medidas para reducir su huella hídrica y mitigar su impacto en el medio ambiente. Esto implica la implementación de tecnologías de reciclaje y reutilización del líquido, la adopción de prácticas de fabricación más eficientes y sostenibles, así como la inversión en procesos de producción menos intensivos o dependientes del recurso hídrico.

Según datos del Banco Mundial, se estima que para el año 2050, aproximadamente una de cada cuatro personas vivirá en un país afectado por la escasez de agua en el planeta. México, en particular, figura entre los territorios más afectados por esta situación. En este contexto, es fundamental que la industria textil y los consumidores reflexionen sobre los insumos y procesos utilizados en la fabricación de prendas. De acuerdo con el documento Perspectivas del agua en el Valle de México, elaborado por especialistas de la Red del agua de la UNAM, Agua Capital y el Centro Regional de Seguridad Hídrica, es fundamental asegurar que se reduzca de manera progresiva el consumo de agua de primer uso en la industria.

Por otro lado, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), ha mencionado que en algunos casos, la producción de una sola camiseta puede requerir hasta 2,700 litros de agua, sin contar el agua utilizada en los procesos de teñido y lavado, lo que aumenta aún más su huella hídrica.

Frente a esta problemática, es alentador evidenciar cómo, cada vez más, empresas del sector están comprometidas con prácticas de fabricación más sostenibles. Este compromiso se traduce en acciones concretas, como la reducción del consumo de agua, la implementación de tecnologías de reciclaje y reutilización de este recurso vital, así como la adopción de tintes y procesos de producción menos contaminantes.

A nivel Latinoamérica, un ejemplo destacado es Lafayette, una empresa textil de origen colombiano con 30 años de experiencia en México, pionera en tecnología de poliéster de alta calidad. Lafayette ha asumido un compromiso concreto con la industria, la sociedad y el medioambiente. En los últimos años, ha invertido aproximadamente 1.1 millones de dólares en plantas de recuperación de agua y logra tratar el 100% del líquido, reutilizando entre el 50 y el 70% en procesos de la fábrica. Además, recoge y trata diariamente un promedio de 800 metros cúbicos de agua lluvia en sus instalaciones y ha reducido significativamente el consumo de este recurso natural por cada metro de tela producido. Es decir, un caso claro de una industria moderna y cuyo modelo de negocio está alineado a un plan de sustentabilidad. 

Este tipo de acciones demuestran que la industria puede producir telas sustentables de alta calidad con una mayor durabilidad, optimizando considerablemente los recursos naturales. Es crucial que más empresas de la industria sigan este ejemplo y actúen en favor de una producción más consciente y sostenible.

Al tomar medidas proactivas para mitigar su impacto en la escasez de agua, las empresas textiles no solo están mejorando su propia operación, sino que también están contribuyendo de manera significativa a la conservación y protección de este recurso vital para las generaciones futuras.